A octubre del año pasado, el país tenía una oferta de 131.759 viviendas, lo que significa que, a pesar de la desaceleración económica, los colombianos aún cuentan con un buen inventario para escoger en el 2018, en casi todos los estratos.
Según Coordenada Urbana, sistema de información georreferenciada de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), los segmentos medio y alto (no VIS) tienen la mayor participación, con 102.102 unidades, mientras que el resto, 29.657, son de vivienda de interés social (VIS).
Por regiones, el departamento de Antioquia es el que ofrece más casas y apartamentos: 22.522; seguido por Bogotá, con 20.241, y Cundinamarca, con 19.230. Analistas han definido esta dinámica como “una ganancia”, si se tiene en cuenta que la moderación en la construcción de nuevas obras ha sido la constante.
Aun así, se espera que el primer semestre de este año sea de ajustes y la consolidación tome su camino en la segunda parte del 2018. Con este panorama, a continuación se ofrece una guía práctica para quienes empiezan el proceso de adquirir una vivienda este año.
Elegir la casa y el crédito
Obviamente, tras evaluar la oferta, lo primero es escoger el inmueble y en esto son claves la ubicación y el precio. Una vez resuelto, lo que sigue es analizar las alternativas financieras que otorgan las diferentes entidades como bancos, cajas de compensación o el Fondo Nacional del Ahorro (FNA), y consultar cuáles son las tasas de interés y los créditos hipotecarios a mediano y largo plazo.
En este punto, vale recordar que desde junio pasado los principales bancos empezaron a bajar la tasa hipotecaria a un promedio de 9,5 por ciento; sumado a esto, hay que resaltar el beneficio del subsidio a la tasa del Gobierno, que hace que el crédito sea más barato.
En línea con el tema financiero, a finales del año pasado, el ministro de Vivienda, Camilo Sánchez, anunció la prórroga de las licencias vigentes, lo que –de paso– les va a permitir a los constructores ampliar el pago de la cuota inicial a sus clientes y, de esa forma, estos podrán programar mejor cómo manejan los créditos. Con el objetivo de ahondar en lo que significa este trámite, la Asobancaria ofrece una lista de pasos que se deben seguir para que el comprador solicite el préstamo y no tenga problemas.
Por ejemplo, si el inmueble es nuevo y el proyecto está financiado por un banco, la información es ofrecida en la sala de ventas. La persona puede solicitar el crédito o leasing con la entidad financiera de su preferencia.
De segunda...En el caso de que la vivienda sea usada, y luego de recibir la información en la entidad financiera, el siguiente paso es comunicarse con un perito, quien visitará el inmueble para realizar el avalúo. La documentación exigida deberá entregarse al banco para la evaluación de la solicitud del crédito.
Otro de los factores que se deben tener en cuenta es acordar con la constructora (si se negocia sobre planos) el valor de la cuota inicial y el plazo para realizar los pagos.
Siguiendo con el tema de un inmueble usado, Asobancaria recomienda acordar un valor base con el vendedor y, a partir de ese monto, ir negociando hasta llegar a una cifra que satisfaga las necesidades de las partes. Con esto claro, se debe firmar la promesa de compraventa, que es la hoja de ruta que se debe seguir antes de cerrar el trato. En el caso de vivienda nueva, la constructora se encargará de la promesa de compraventa o del encargo fiduciario, si la compra es sobre planos.
Aquí vale destacar que casi el 70 por ciento de la oferta nacional se negocia a través de esa figura, que se ha consolidado porque los constructores solo comienzan a desarrollar el proyecto cuando comercializan, en promedio, el 70 por ciento de este. Al lograr ese punto de equilibrio, es posible recibir los recursos de la cuota inicial que han consignado los compradores en el encargo fiduciario creado para administrarlos.